El año 2011 fue, sin duda, un año que quedará en la memoria del deporte mexicano, traspasando, por qué no, fronteras; no solamente hemos sido anfitriones de un Mundial juvenil soportado por FIFA, sino que terminamos el año con unos Juegos Panamericanos que, al igual que el Mundial Sub-17, han sido catalogados como "los mejores de la historia" en su rama -sin anímo de ser aguafiesta, tengo mis dudas respecto al segundo evento-.
Así, con dos acontecimientos que dejaron -gracias a la percepción del público y al resultado de los atletas mexicanos en dichas competiciones- un gran sabor de boca en el extranjero y en dos de las federaciones y organizaciones más importantes del deporte mundial, hemos dado carpetazo al 2011 para arrancar muy fuertes un nuevo año en términos de anímo, experiencia e infraestructura deportiva en toda la extensión del término.
Ahora puedo decir, ¡vamos a creérnosla! Y es que, como mexicanos, nos hemos demostrado que sí existe potencial y un sistema organizado que permite que las cosas se hagan bien -o superen las expectativas- y no solamente "que salgan", como algunas veces escuchamos decir mediocremente a quienes tuvieron bajo su responsabilidad la ejecución de alguna actividad y simplemente se pararon a esperar que el tiempo pasara. Pero como lo mencionaba en un "post" anterior, me parece que el activo que permanece después de haber aspirado el éxito del 2011 con todas nuestras fuerzas es la oportunidad que tenemos ante nosotros; infraestructura deportiva de primer mundo para uso presente y futuro -y constante-, experiencia de nosotros "los chavos" para mejorar lo hecho el año pasado y, por sobre todas las cosas, los ojos del público nacional y extranjero en espera de nuevos eventos, revoluciones deportivas y "reformas" a la "ley del deporte mexicano", siempre con el fin de alcanzar un rendimiento mayor -hacer las cosas mejor-.
Chavos y chavas: a partir de este año la responsabilidad recae sobre nuestros hombros. Ahora el reto es: HACER LAS COSAS CADA VEZ MEJOR!
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