domingo, 27 de enero de 2013

Capítulo 2: Barcelona sin Rambla


Parece que ha pasado más tiempo desde la vez que venimos a conocer Barcelona; tal vez es porque han remodelado en estos años o tal vez es porque en verdad sí se siente la crisis económica cuando uno camina por la ciudad.

Cuando viajamos juntos en 2006 recorrimos en una semana lo que, como turistas, debíamos conocer (la Rambla, todo aquello de Gaudhí, el Estadio Camp Nou, la Sagrada Familia, algún restaurante de Tapas y demás). El ánimo siempre era de fiesta; Oveja Negra y “shots” por todos lados era lo que parecía de alguna manera lógico. Eso es lo que se respiraba por acá. Siempre fiesta.

En 2008, justo dos años después, nos encontramos con una Europa que empezaba a hablar de la crisis. En esa ocasión no pisamos Barcelona por un cambio de planes que nos llamó a Grecia… el destino nos llevaría entonces a otro país que también las ha pasado duras. Fiesta también. Siempre Fiesta.

Pero hace dos semanas llegamos juntos a Europa para otra cosa.

Las calles que recorremos de Barcelona son las calles de una ciudad diferente. Sí que hay gente pidiendo limosna y mendigando por la calle. También es cierto que los vendedores buscan nuevas alternativas que suelen ser, ante la crisis canija, más creativas. Digamos, de otra manera, más desesperadas. La cifra del 55% de desempleo entre los jóvenes de 16 y 24 años y el 25% de desempleo general en España no mienten; los recién egresados deben tener hasta tres trabajos para cumplir con los gastos que implica el hecho de vivir lejos de los padres, como están acostumbrados a hacerlo. Eso, si son del ahora exclusivo 45% que sí encuentra algún “jale”. Otros, como quienes tienen la suerte de trabajar en el sector comercial y atender grandes tiendas, prefieren dedicar el domingo a ver fútbol y tomar un descanso.

Lo cierto es que Barcelona sigue siendo muy bonito, pero ahora veo lo que antes no veía y también dejo de ver lo que antes era la atracción principal. Y es que las primeras dos semanas en Barcelona han sido de un trabajo común y corriente (todos los días termino en la oficina a las mismas horas, incluyendo sábados y domingos) pero, eso si, siempre apasionante; ustedes saben lo que para mí significa estar en contacto con cualquier tema del fútbol.

En la oficina, como en típico chiste mexicano, las historias diarias siempre empiezan así…

…Estaban en una oficina un inglés, un húngaro, un italiano, un madrileño, un catalán y un mexicano (ese soy yo representando a los que aquí venimos viajando). Este es hasta ahora el equipo de trabajo de Siine y Referee Pro.

Por otro lado y antes de despedirme, si vienen a visitar Barcelona sin mí háganle un favor a la gente de acá: No pasen todos los días “bien pedos” por la calle gritando tontería y media y haciendo pipí por las calles. No está chido que no nos dejen dormir y la gente de por acá ya sueña a los turistas.

Venimos viajando por una Barcelona sin Rambla.











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